jueves, 30 de diciembre de 2010

sin palabras


Por fin pasó, como yo lo intuía hace mucho tiempo, tú saliste de la mierda que es tenerme como animal de compañía, atada a la pata de la mesita de noche al lado de la computadora, y cerca del teléfono, en otra realidad paralela, imaginando otras situaciones contigo, llorando al mirarme, saber que me quisiste es mucho para mí, pero no como para salir de la mesita de la cama y respirar profundamente como si nada hubiera pasado.
Siento que me merezco huir como un animal asustado y sabiendo que en este lugar mi integridad pierde todo sentido.
Voy dando tumbos, de un sitio hacia otro, sin rumbo, sin poder mirar al frente, porque tengo tanto en mis espaldas que me duele hasta mi propia alma. Mi mirada ya no me pertenece, se ha perdido en otra dimensión paralela a esta que tantas lágrimas me hizo derramar.
Quiero retroceder, quiero volver a mirarte a los ojos, quiero saber que por un segundo aunque sea valió la pena, pero no es así. El tiempo pasa y como pasa con las lágrimas, se caen y secan y nadie puede demostrar que algo estuvo allí.
Dos años, de pérdidas, dolor, sufrimiento, ver cómo los demás cumplen sus sueños mientras yo lloro y espero.
Siempre quise terminar mis estudios y cada día veo como otros los hacen, veo como quise tocar la batería y el piano bien y ya ves vivo en un mundo onírico del que es difícil escapar.

Drogas? No lo sé! Ya soy mayor para tanta tontería, sexo? Mejor ni contesto, idiomas? De eso te encargas tú. Estoy frustrada. Idealizada. Llevo una letra escarlata en el pecho que creo que hasta que no te olvide no podré quitarme.

Mierdaaaaaaaaaaaa. Joder. Estoy harta de todo, hoy no me salen las palabras.



Noemi

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