lunes, 31 de mayo de 2010

sin fin

Como cada noche asomada a la ventana, como cada noche mirando más allá de las sombras del horizonte oscuro, más allá de las pequeñas luces que se atreven a asomarse por la inmensidad del cielo. Las lágrimas se escapan silenciosamente de mis ojos, mojan mis labios secos y caen de la barbilla para perderse sin ser escuchadas, sin tener importancia, sin que, como en las películas, pase algo sobrenatural que dibuje una sonrisa en mi cara. Estaba todo silencioso y oscuro, como en mi interior, aunque sea de día y salga el sol.

Miré a mi pequeño dormir y pensé que maldición venir al mundo actual, crecer para que te pisoteen, para que te juzguen sin piedad sólo por estar ahí. Para que en el colegio tengas rivales, se rían de ti porque eres algo diferente o porque no encajes en un percentil establecido por cuatro idiotas que dictan lo que vale o no, que no tengas sus reglas de vida no seas de su religión o no seas hablador, estudies mucho o poco, vistas de marca o de mercado, todo está penado.

Cuando creces, el amor llega pero nunca a ti, porque tienes demasiadas heridas de la infancia, y cometes los mismos errores una y otra vez, tienes ansias de sentir, sentir esa es la palabra clave.

En el trabajo siempre hay que tener vida social pero como no sabes qué es porque nunca tuviste, ya empiezan los problemas, en la puerta del colegio, cómo hablar con alguien normal que tiene una vida normal establecida por la mayoría? Recoger a tu hijo y que no tengas nada más que hacer… que no tengas con quién hablar… paseos silenciosos, lágrimas putrefactas almacenadas en mi garganta, piden paso a los gritos ahogados, pero todo termina cayendo en el estómago y te inclinas para poder llevar el dolor, y así caminas, mirando abajo, mirando tus pies perdidos en un vertedero de asfalto y ruidos que ya no puedo denominar vida.

Dónde están los amigos? Dónde quedaron las risas inocentes de antaño? No recuerdo nada más que lo hice anoche… mirar por la ventana y ver una inmensidad de oscuridad, con unos puntos de luz… esperando que uno se haga inmenso para mí…

Noemí.

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